HEURÍSTICO, SESGO y ERROR

 

La relación entre estos tres términos es la siguiente:

Los heurísticos producen errores, y los sesgos son errores que se producen de manera sistemática. No todos los errores son sesgos, pero sí que todos los sesgos son errores.

Los heurísticos son operaciones encaminadas a facilitar la formación de juicios y entender así el mundo como algo más sencillo. Se aplican de forma inconsciente y ayudan a procesar la información que tenemos disponible, haciendo que nos quedemos con parte de ella y otra la ignoremos.

 

TIPOS DE HEURÍSTICOS

heuristico

La representatividad es un concepto que alude a la semejanza, ya que establece la relación entre un acontecimiento y un proceso o modelo. Con ello, se consigue formular una valoración del grado de representatividad de una muestra respecto al modelo.

La accesibilidad, en probabilidad, viene definida por la facilidad con la que acuden los ejemplos o asociaciones a nuestro pensamiento. Considera que a mayor número de veces que sucede un fenómeno, más fácil será que éste sea recordado. Entonces, asocian el recordar algo, con que ha ocurrido más frecuentemente.

Mientras que el heurístico de accesibilidad, también llamado de disponibilidad, actúa cuando se necesita juzgar algo mediante una muestra de acontecimientos, el de representatividad puede actuar en cuatro ocasiones, según qué sea M y X, es decir: si entre ambos existe una relación de causa-consecuencia, si X es un ejemplo de la clase M, si X es una variable dentro de esa clase, etc.

El heurístico de ajuste, también conocido como heurístico de anclaje, recibe tal nombre porque se “ajusta” la información disponible. Esto significa que partimos de un valor inicial, al que se ha podido llegar por cualquier tipo de procedimiento, incluyendo los de azar, y, según vamos recogiendo más información, vamos amoldando ese valor inicial. Entre este tipo de heurístico y el anteriormente comentado, heurístico de accesibilidad, existe una gran relación. En el heurístico de anclaje hay una gran probabilidad de que el valor inicial que asumamos sea perteneciente a la parte que tenemos más accesible en nuestra mente. Podría ocurrir que, en vez de eso, se considerase dicho valor atendiendo al grado de representatividad, con lo cual, nos centraríamos en el heurístico de representatividad para empezar a formar nuestro juicio.

Por último, se encuentra el heurístico de simulación, que depende de la dificultad que encontremos para imaginar algo. Cuanto más fácil nos resulte construirnos la imagen mental de un suceso o fenómeno, vamos a tender a pensar que su probabilidad de que ocurra en la realidad será mayor. Este heurístico guardaría gran relación con el de accesibilidad.

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